Este verano nos fuimos de
vacaciones de Puerto Rico, ahí donde hay muchas playas de arena blanca; en
una de las playas ¡ay! Que daño,
cuando me mordió el cangrejo, fue un
dolor terribles, después cuando mi hermano vio
el tiburón, me asuste pero cuando nos dijeron que no eran carnívoros nos
tranquilizamos.
Cuando mi hermana vio los
lagartos se dio un susto terrible, imagínate, si le da miedo una lagartija, con un lagarto…., vamos
le da un infarto.
Uno de los días de nuestras vacaciones nos
fuimos a ver una exposición sobre
los orígenes del ron Bacardí, debía de
haber metros cúbicos en la bodega.
Allá donde íbamos nos lo pasábamos en grande, de miedo, hasta que
el taxista que nos llevaba por el viejo San Juan, se dio con un haya, si no te sorprendas, en San Juan
también hay hayas, ¡bah! , no nos
pasó nada, sólo el susto.
Al día siguiente del golpe contra
el haya, nos hallábamos muy cansados
por eso sólo fuimos a la piscina, aunque luego llamamos a unos amigos para
cenar y nos dijeron que algunos no podrían ir, pero que otros de ellos seguro que van a la cena en la conocida pizzería. Después de la pizzería, esa
noche, yendo por último al hotel, nos abordaron unos atracadores así
que corrimos como si no hubiera mañana.
Cómo nueva excursión, realizamos
una visita por las fincas de la zona, menudas vallas para el ganado, hechas con
traviesas de tren, por último ese día fuimos a comer “ bacalaito”, pescado
frito, en un puesto típico al que nos
llevó nuestro tío .Y para rematar ese día decidimos ir a “ Playa Sucia”, nunca
un nombre pudo ser tan falso, ya que su arena es blanca y su agua azul
turquesa, pero en sus fondos hay arrecifes de coral, “coral de fuego”, con uno
de ellos me raspé el pie y tuve
que dar en la herida, todo un tubo de crema específica para la lesión.
Cuando regresamos al hotel,
nuestra habitación estaba inundada, mi madre comentó que alguno de nosotros nos
habíamos dejado un grifo abierto, nos parecía imposible y ambos le respondimos
¡Ah si!, pues no, de eso nada, no
habíamos sido nosotros, ….., estábamos seguros de haber cerrado los grifos del
baño. Así que como consecuencia del
incidente con el agua, conocí a la persona más basta que había visto hasta ese
momento en toda mi vida, el encargado de
mantenimiento del hotel, me di cuenta de la razón de no usar ciertas palabras,
gestos y actitudes en las conversaciones
que tenemos con los demás.
Y aunque no quisiéramos, llegaba el final de
las vacaciones y fuimos con desgana a hacer
las maletas, metimos nuestros bañadores con las camisetas y con todos los
recuerdos, pero dejamos un trocito de nuestro corazón en ese lindo país, en serio, fueron las mejores vacaciones
de mi vida, pero ,……..basta ya,…. Tengo que dejar de escribir
y guardar la libreta del viaje, nos vamos al aeropuerto, que si no perderemos el
avión, pues lo primero que teníamos que
hacer, nada más llegar, era embarcar a
las perritas, ya que una cosa que se me
ha olvidado deciros es que, con nosotros
llevamos a nuestras dos perras, Neila la pastor belga, negra como el azabache y
la rubita Kelly, una labrador retriever super cariñosa.
El texto está divertido y está bien pensado para encajar todos los tipos de errores ortográficos. Pero he encontrado algunas faltas que son las siguientes:
ResponderEliminar1. Línea 2: Que daño tendría que ser ¡Qué daño!
2. Línea 10: Si no te sorprendas -> Sí, no te sorprendas
Ejercicio correcto, René. Un saludo.
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