martes, 4 de marzo de 2014

Actividad de creación

La muerte sin violencia del Légolas de Literatura.



Este suceso ha ocurrido en el instituto Las Llamas de Santander (Cantabria), el día 28/2/2014,  y ha sido protagonizado por el profesor de Lengua Castellana y Literatura, Don Enrique Castillo, que con un arco y unas flechas,  paraliza a todo alumno que le interrumpa durante sus explicaciones, ya que le molesta mucho que los alumnos no le atiendan.



La historia comienza cuando todos sus alumnos empezaron a tomarse confianzas con él, y él con ellos. Un día durante su magnífica explicación, se comenzó a oir un murmullo de fondo y de repente se volvió y no era él,  Don Enrique, "Quique", era Légolas, disparando con su arco. Los alumnos quedaron inmovilizados por la aparición, se hizo el silencio y gracias a la ayuda prestada por Légolas, Don Enrique, "Quique" para sus alumnos, pudo continuar la explicación sobre el atributo  en la oración.
 Las flechas de este profesor, " Légolas", ya son famosas por casi todo el instituto.

A diario, se producen un gran número de heridos, lo que implica la estancia casi permanente de una  ambulancia a la puerta del instituto. En nuestra clase resultan heridos unos diez alumnos cada día. Aunque los lunes, la tasa de heridos baja bastante, no se si se deberá a que los domingos duerme bien, o porque nosotros no revolvemos tanto.

Voy a narraros la última gran batalla sucedida en mi clase, 3º C de E.S.O.. El viernes antes de Carnaval, los ánimos de la clase estaban alterados, y él insistió en explicar  los aspectos más relevantes de "El Lazarillo de Tormes", el susurro fue creciendo, pasó a rumor, y seguía creciendo, Quique nos advirtió  que si el murmullo no cesaba, castigaría enviando al pasillo a todo alumno que pillara hablando, pero como podeís comprender, ese castigo para él no es nada. Algunos nos temimos lo peor, y guardamos silencio, pero otros no le hicieron caso, y  al girar sobre sus talones en la tarima, pudimos ver  de nuevo a Légolas, lanzando una lluvia certera de flechas, sobre los irresponsables que no callaban.
 Aunque en cierto modo entendemos al profesor, esto se va a tener que acabar, por como siga lanzando flechas,  los alumnos van a disminuir y su clase quedará vacía.